La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original,
terminado el curso de su
vida en la tierra,
fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo
y enaltecida
por Dios como Reina del universo,
para ser conformada más plenamente a su Hijo,
Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte.
La Asunción de
la Santísima Virgen constituye una participación singular
en la Resurrección de
su Hijo
y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos.
Lo recordamos, musicalmente, en este programa.
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