Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo,
tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre;
haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.»
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz,
proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva".
(San Pablo en su primera carta a los corintios)
ANUNCIAMOS TU MUERTE, PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
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