Mirad a
los pájaros del cielo:
no siembran, ni siegan, ni almacenan
y, sin embargo,
vuestro Padre celestial los alimenta.
¿No
valéis vosotros más que ellos?
Fijaos
cómo crecen los lirios del campo:
ni trabajan ni hilan.
Y os digo que ni
Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.
Pues, si a la
hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno,
Dios la viste
así,
¿no hará mucho más por vosotros gente de poca fe?
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