El cuarto domingo de Adviento está centrado en el nacimiento de Cristo,
en la Virgen María que acoge el plan de Dios.
Con el anuncio a José y a María comienza una nueva historia;
y en las dos madres –Maria e Isabel-, que se abrazan se encuentran ambos Testamentos.
La realización de las profecías tiene lugar
gracias a las actitudes de disponibilidad y acogida, testimoniadas por María.