Derramad, oh cielos, vuestro rocío de lo alto
y que las nubes lluevan al Justo.
Está escrito en el profeta Isaías:
"Yo envío mi mensajero delante de ti
para que te prepara el camino.
Una voz grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos".
Durante siglos se esperó al Mesías
y ahora se adelanta un hombre y dice:
"Aquel día es este día. La hora decisiva ha llegado".
"He ahí el Cordero de Dios, el que bautizará al mundo en Espíritu Santo".
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