Para nosotros, que vivimos en una sociedad urbana y tecnificada,
hablar de pastores suena bucólico, incluso romántico,
pero para los israelitas que eran pastores semi-nómadas,
Jesús le habla con un ejemplo muy cercano a su vida diaria.
Hay pastores buenos que cuidan al rebaño,
hay algunos
asalariados que se preocupan más de si mismos que del rebaño
y hay quien salta
la valla del cercado para robar a las ovejas.
Jesús no es solo uno bueno, es el "bueno".
Debemos reconocerlo y seguirlo a él, sólo a él.
A los otros, mejor
evitarlos.
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