Dice san Juan que al anochecer del primer día de la semana estaban los discípulos
encerrados en una casa por miedo a los judíos que habían crucificado al Señor.
Ellos, como nosotros en este tiempo de confinamiento,
también estaban encerrados y tenían miedo,
aunque nosotros estemos encerrados
de una manera diferente
y tengamos miedo no a unas personas que puedan venir a
matarnos,
sino a un virus que también
puede matarnos.
Se les presentó Jesús resucitado
y les dijo “Paz a vosotros”.
También hoy Jesús se presenta en nuestras casas y nos dice “Paz a vosotros”
y no solo nos lo dice, sino que nos la trae como un
don, como un regalo.
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