Compartimos con vosotros el artículo "Diez consejos para coros parroquiales",
de nuestra autoría; que publica en su último número
el semanal Iglesia en Aragón, que se distribuye en las 6 diócesis de Aragón.
En la
música religiosa contemporánea, los grandes olvidados son los coros
parroquiales, ese grupito de personas que, a veces con gran esfuerzo y
dedicación, animan musicalmente nuestras celebraciones. La música y el canto
son esenciales en toda fiesta humana y también en la liturgia. No son un adorno
para que el acto “quede bonito o atractivo”, sino un elemento importante de la
propia celebración.
Con
nuestro agradecimiento por la labor de estas personas, les ofrecemos 10
consejos que pueden ayudarles en su servicio. No es una lista completa, tan
sólo algunas ideas de ánimo y estímulo.
1) No basta con cantar bien. Hay que
formarse musicalmente, estudiar continuamente; pero, para que nuestra tarea sea
eficaz, es necesaria también una formación litúrgica; no sólo del director,
sino de todo el grupo. Y ante todo, si sirves musicalmente en la liturgia, es
porque eres un cristiano y tienes que cuidar tu vida espiritual y tu formación
en la fe.
2) El
objetivo de un coro en la liturgia es animar
y ayudar para que el pueblo cante. La misa no es un concierto. El coro no
está para ser oído, sino para ser seguido. Elige el repertorio teniendo esto en
cuenta, e introduce canciones nuevas poco a poco, para que sean aprendidas.
Invita a los fieles a llegar 10 minutos antes a la celebración y ensaya con
ellos. Utiliza cancioneros u hojas de cantos, que ayuden a todos a participar.
3) La música está al servicio de
la liturgia y no al revés. La misa tiene su ritmo y debemos adaptarnos a
él. Hay cantos que son en sí mismos ritos como el “Gloria”, el salmo responsorial,
el “Aleluya”, el “Santo”,… y otros cantos acompañan un rito como el canto de
entrada, el de la presentación de las ofrendas o el de comunión. El coro debe
respetar estos tiempos y no extender los cantos más de lo necesario.
4) Elige bien los cantos. Que se adecúen
al tiempo litúrgico, a la celebración de ese día. Hay canciones muy bonitas,
pero que no nos sirven para la liturgia como las que no respetan el texto de la
oración del rito, los cantos seculares no compuestos para la liturgia,
canciones religiosas muy apropiadas para otro momento (oración, evangelización,
catequesis,…) pero no para la misa, canciones seculares conocidas a las que se
les ha cambiado la letra por una religiosa (esto ¡no!, por favor), cantos de
difícil seguimiento por el pueblo,…
5) No improvises. Llegar tarde, no
ensayar, no prepararse,… lleva a un servicio deficiente. Hay que procurar ser
disciplinados y ensayar, por lo menos, una vez a la semana. La elección de las
personas es también importante. A veces habrá que decirle a un hermano, que su
servicio no es cantar o tocar un instrumento, aunque tenga mucho interés. Seguramente
Dios le tiene reservada otra tarea más apropiada para él.
6) No existe canto para
el rito de la paz. La
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha pedido
expresamente, que se evite un canto para la paz, pues debe de ser un momento
breve, que no distraiga a la asamblea.
7) Sí es un canto muy litúrgico el “Cordero de Dios”, que comienza
cuando el sacerdote fracciona el pan; no en la paz. Acompaña toda la fracción
del pan y puede repetirse tantas veces como sea necesario, hasta que finalice
el rito. La última vez debe concluir con las palabras “danos la paz”.
8) Canta solo lo necesario. No es preciso cantar en todos los
ritos de la misa. En cada celebración debe valorarse previamente cuántas
canciones se incluirán, con criterios litúrgicos y pastorales.
9) El
coro sirve a la asamblea, no es un “espectáculo”. Sus miembros también
participan en la Eucaristía, escuchan con atención la Palabra de Dios, la
homilía, responden, rezan,… La colocación del coro debe hacerse con el mismo
criterio: un lugar donde
se oiga bien, pero que no distraiga a la asamblea. El altar no es lugar
adecuado.
10) Realiza tu servicio
con humildad. No eres una estrella, ni estás actuando. Los dones que tienes
son un regalo de Dios. El centro de la misa es Cristo, no nuestra voz ni
nuestras canciones. Ánimo el Señor valora tu entrega y haces un gran servicio a
tus hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario